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Monedas flotantes y Júpiter-Neptuno (P. Sanchis)

Monedas flotantes y Júpiter-Neptuno (P. Sanchis)

Estamos en tiempos de conjunción de Júpiter con Neptuno, una configuración que dura más o menos unos 13 años. Son buenos planetas y favorecen los acuerdos de paz o las actividades filantrópicas, pero… siempre hay un pero.

Júpiter en la mitología griega era el «nefelegeretes» (el pastor de nubes) y pecaba un poco de proteico el hombre. Por eso adoptaba formas distintas para seducir a sus amantes. No era muy de fiar, la verdad. El Júpiter astrológico es más fiable y justo, cierto, pero… no siempre. Y Neptuno, para qué contar más: es el rey de la ilusión. Neptuno es esas pompas de jabón iridiscentes tan bonitas que explotan en cuanto tocan algo duro (la realidad)..

Así que cuando dos tunantes así se juntan, conviene disfrutar el momento pero tampoco hay que fiarse mucho, mucho, mucho. Si uno brinda con una copa en la mano y con la otra guarda a buen recaudo su cartera, mejor. He dicho cartera, sí. Y es que Júpiter y Neptuno juntos potencian mucho el «globo», las burbujas, los sueños.

Un poco de historia económica

Andaba yo el otro día leyendo sobre el sistema económico mundial (me fascina la economía, aunque la entiendo poco). Algunas partes de la historia las conocía, pero otras no. Me baso en un texto que he encontrado por internet y otro de la wikipedia, así que he refundido un poco con bastante copiar y pegar.

Parece ser que el patrón para las monedas fue el oro durante siglos, por lo menos, en el mundo occidental. En 1944 se pasó a los acuerdos de  Bretton Woods, el patrón oro-dólar.

Esto consistía en definir un tipo de cambio fijo del dólar con respecto al oro (35$/onza de oro), con plena convertibilidad del dólar en oro, y de las demás monedas con respecto al dólar.

Se trataba de un sistema de tipo de cambio fijo con banda de fluctuación (1%) y paridad ajustable. De esta manera, en caso de alteración de los tipos de cambio y en caso de riesgo de salirse de la banda de fluctuación, la autoridad monetaria del país tenía la obligación de intervenir para restablecer el tipo de cambio dentro de los márgenes estipulados.

La cosa funcionó un tiempo, pero parece ser que el sistema no inspiraba mucha confianza. Así que la Alemania Federal, que exportaba mucho a los EE.UU, pidió que, ya que valían lo mismo los dólares que el oro, a ellos les pagaran sus excedentes en oro. Siempre tan prácticos estos germanos 🙂 Yo también preferiría un lingote de oro a unos papelitos.

Como los EE.UU no tenían ninguuuuna intención de soltar su oro, suspendieron la convertibilidad del dólar en oro el 15 de agosto de 1971 . ¡Vaya sorpresa! Y devaluaron la moneda (señal de que esa convertibilidad no era tan tan equivalente). Esto me recuerda el cuento del vestido del duque: dos sastres se comprometieron a hacerle a ese duque un traje tan mágico que solo los muy inteligentes pudieran verlo. Obviamente, no existía ningún traje y los sastres se embolsaban el dinero, pero todos fingían ver el vestido, para no quedar como idiotas. Y así iba la cosa, nadie veía nada y todo aparentaban verlo, porque los demás lo hacían y ninguno quería pasar por imbécil. Hasta que un niño, en su bendita ignorancia soltó al ver al duque: «¡Pero si va desnudo!». Parece que algo parecido pasó con la convertibilidad del dólar en oro: funcionó bien, hasta que alguien prefirió recibir el dinero en oro.

El sistema de tipos de cambio fijos finalmente colapsó en Marzo de 1973 con la adopción del régimen de tipo de cambio flotante , es decir, se establecen de acuerdo con las fuerzas del mercado. Allí hay algo que no entiendo, esto de «las fuerzas del mercado». Hay mucho «flotante» para mi gusto y esto de que las monedas valgan lo que determina la «fuerza del mercado» me da muy mala espina.

Al final, en 1976 se llegó a otros acuerdos, los de Jamaica, que asentaron esa situación, reformando los de Bretton Woods. Y, por lo que he visto, algunos economistas critican mucho esta medida de la «flotabiidad» y le atribuyen gran parte de las crisis financieras que ha habido después.

¿Quiénes se juntaron en 1971?

En enero de 1971, unos meses antes del fin de la convertibilidad del dólar, mira por dónde se juntaron en Sagitario Júpiter, Neptuno y Marte. ¡Ahora sí comprendo tanta «flotabilidad»! La verdad: Júpiter y Neptuno son dos planetas encantadores, pero, como decía al principio, con ellos no conviene descuidar tu cartera. Con razón en astrología clásica Júpiter es el significador del dinero… y de los bancos. Fíate tú… Es cierto que había también un sextil de Plutón (el poder oculto).

Enero de 1971

¿Y ahora?

Pues ahora tenemos una nueva conjunción de ambos bellacos (Júpiter y Neptuno), y encima en Piscis. Piscis también es un signo encantador (si lo sabré yo, que tengo el Sol en Piscis), pero es aún menos fiable que los otros dos zánganos. Y no es por maldad, sino porque para Piscis todo es ilusión y fantasía. Vive en las nubes. Es decir, si Júpiter y Neptuno juntos ya dan para «globos», en Piscis es el no va más. Una pompa de jabón enoooorme.

Yo, de verdad, a pesar de mi Sol pisciano, me gusta tocar un poco de suelo de vez en cuando, por lo menos en las cosas económicas. En esos temas, fantasías, las justas. Por eso desconfío un poco de esta configuración. Si en Sagitario ya nos dio la «flotabilidad» dichosa, en Piscis te puedes esperar de todo.

Una ojeada al mundo actual

Los EE.UU superaron bien esto del fin de la convertibilidad de su moneda en oro, aunque la tuvieron que devaluar dos veces. No obstante, como todas las transacciones internacionales se hacen en dólares, su moneda sigue siendo la divisa de referencia, sobre todo para las compras de petróleo, los «petrodólares».

Todos los países tienen reservas de divisas en dólares (creo que el 59% de las reservas mundiales de divisas son en dólares, aunque esta información ha podido variar). De hecho, los EE.UU consideraban un acto de guerra que un país vendiera sus divisas en dólares. Sí o sí, te obligan a tenerlos. Y parece ser que le han dado demasiado a la maquinita de hacer billetes. Recomiendo este artículo.

Aparte de esto, los EE.UU han aplicado la extraterritorialidad de sus leyes, ya que consideran que sus tribunales son competentes sobre TODAS las transacciones hechas en dólares, es decir, todas las transacciones mundiales. Esto les permitió poner una multa de casi 9000 millones al banco BNP Paribas.

Pero la cosa está cambiando. Por un lado, tanto China como Rusia han creado su propia alternativa al sistema SWIFT que permite hacer transacciones en otras monedas. Y Arabia Saudí se plantea vender su petróleo en yuanes. Ver artículo. No sé si lo va a hacer, pero hay presiones en esa dirección: China, Rusia, Sudáfrica, India. Son cuatro países que reúnen más de la mitad de la población mundial y quieren protegerse del uso que han hecho los EE.UU de su moneda.

Por cierto, si en los próximos tiempos veis caer algún gobierno de los no alineados, que no os sorprenda, porque esto va a ser una guerra a muerte. El gobierno de Pakistán ya ha caído después de abstenerse en la votación sobre las sanciones a Rusia y es posible que no sea el único. No creo que los EE.UU renuncien a la hegemonía que les da su moneda sin ofrecer una feroz resistencia.

Conclusión

Júpiter y Neptuno juntos son dos benéficos encantadores y espero que nos den muchas alegrías, pacificando un poco el ambiente, y favoreciendo la paz y la filantropía. Pero esa conjunción actual de Júpiter-Neptuno en Piscis puede traer otras cosas:

-Un cambio en el sistema monetario. De ser así, todo quedaría patas arriba. Puede ser muy muy gordo si cae la hegemonía del dólar. Para el dólar y para el euro. La ruina. Y, aunque habrá una guerra soterrada a muerte, creo que los países que desean cambiar esta situación representan a más población mundial que los países que la quieren mantener. Esa conjunción tiene un plazo de 13 años, así que da tiempo para mucho.

De hecho, dicha configuración cae en la casa II radical de China, en trígono a su Venus regente de X. Eso augura que el cambio vendrá «gracias» a China. Pero también se opone al Neptuno natal de los EE.UU en IX (el extranjero).

-Una mayor «irrealidad» del dinero. Hace tiempo que se trata de hacer desaparecer el dinero físico, para tenernos mucho más controlados. No es solo un tema fiscal, es también una cuestión de libertad individual. Si desaparece el dinero físico, cada cosa que compres quedará registrada. Sabrán qué libros o periódicos compras, con quién y en qué gastas tu dinero. No tendrás absolutamente ninguna privacidad. Y la información es poder. Aparte de que el dinero es algo cada vez menos real y más «virtual». Es lo que dice el ordenador del banco que tienes. Y reza para que no salte su sistema.

-Grandes negocios (Júpiter) en el mundo irreal (Neptuno). De esto ya hablé en otros artículos. El gran negocio del futuro es vendernos cosas en el metaverso. Tendremos avatares y pagaremos para llevar un modelito virtual, un peinado a la moda virtual, ir a conciertos virtuales, etc. Algunos aún no se lo creen, pero tiempo al tiempo.

Así que en los próximos 13 años creo que nos esperan grandes cambios en el terreno monetario. O más «irrealidad» o un nuevo sistema. O ambas cosas

Canals, a 11 de abril de 2022

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