25 Oct Errores astrológicos. la confusión entre los signos y las casas.
Hoy en día es frecuente leer en textos astrológicos comentarios como: “Tiene el Sol en VI, así que es como si fuera Virgo”. O: “Tiene a Venus en Tauro, por lo que se puede considerar que su Venus está en II”. Algunos llegan más lejos y son capaces de decir de una Venus en Aries en II que está “domiciliada”, porque, claro, la II es “como Tauro”.
¿Esto ha sido siempre así? La verdad es que no, se trata de un invento relativamente reciente, pero que ha calado por desgracia hasta el punto de que raros son los astrólogos libres de ese error. Parece ser que el primero en utilizar esa analogía fue Rantzau, en su “Traité des jugements des thèmes généthliaques” (1657). Aquello causó escándalo entre sus contemporáneos y el gran Culpeper decía sobre ese tema: “Algunos autores piensan que los signos tienen la misma significación que las casas, y que Aries significa la vida; Tauro los bienes materiales; Géminis los hermanos y los viajes cortos, y ya conocen ustedes lo que sigue. En verdad, mi opinión personal es que muchos autores inventaron necedades y, cuando lo hubieron hecho, lo dejaron a la posteridad como verdades ciertas. Ésta las retomó sin ponerlas a prueba, vistió la tradición de ilusión y dejó perecer a la pobre Razón en las estulticias. Un autor dice así: “Esto es lo que pienso, por lo tanto, es cierto. Sea esto verdad o falso”. Considero esa teoría como una farsa de ese mismo tipo y lo demuestro así: según ello, Cáncer regiría a los padres, pero la experiencia nos dice que un mal planeta en Cáncer en el tema natal amenaza a la madre, mientras que en Leo amenaza al padre”.
Hieroz, por su parte, añadía en el siglo XX: “Algunos autores modernos hacen corresponder las 12 casas a los 12 signos siguiendo el orden de su numeración. Si bien es lógico hacer corresponder el ascendente al punto gamma, el resto de la correspondencia es más que discutible. En efecto, si se compara los movimientos del Sol en las dos esferas, éste sigue el orden de los signos y sigue el orden contrario en las casas”.
Creo que Hieroz apunta dos ideas interesantes:
La primera sería la palabra “modernos”. En efecto, en los textos anteriores a Rantzau no se encontrará NINGUNA analogía de ese tipo. No ha habido a lo largo de varios siglos (y tal vez milenios), hasta llegar al siglo XVII, ningún astrólogo que confundiera los signos con las casas. Si la asociación signo-casa fuera tan evidente, resulta un poco raro que a nadie se le ocurriera antes.
La otra idea, más importante desde el punto de vista teórico, es que los dos sistemas siguen un movimiento distinto:
–Los signos siguen el movimiento secundario (el contrario a las agujas del reloj). Después de Aries viene Tauro. Y un planeta situado en Aries, en progresiones secundarias, al cabo de unos años se encontrará en Tauro. Si uno levanta una carta sin casas y va avanzando los días, verá cómo los planetas van progresando en el orden de los signos. En cambio, el movimiento de las casas es el de las agujas del reloj (movimiento primario). En el dibujo de abajo podemos ver la diferencia entre el movimiento secundario (el de los signos) y el primario (las casas):
Vamos a reflexionar un poco sobre qué son los signos y las casas:
–Los signos son una división del ESPACIO CELESTE que recorre el Sol en su camino aparente visto desde la Tierra. Puesto que esa división tiene una relación con el SOL, los demás planetas se distribuyen partiendo de su POSICIÓN RESPECTO AL SOL. El punto de partida es uno de los dos solsticios, donde se sitúan los domicilios de los dos luminares:
A ambos lados de los luminares se ponen los planetas según su grado de proximidad al Sol: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Obsérvese que se sigue un ORDEN ESPACIAL.
Por otro lado, uno se puede preguntar por qué tiene cada signo las analogías que tiene. La respuesta es muy sencilla: un signo es un espacio cardinal, fijo o mutable, de uno de los 4 elementos, y regido por un planeta por domicilio y a veces por otro por exaltación. De esos factores le vienen sus analogías. Es decir: Aries es un espacio cardinal, de fuego, regido por Marte y es la exaltación del Sol. Eso explica su carácter ejecutivo (cardinal), apasionado (Fuego), impetuoso y a veces brutal (Marte), y su capacidad de liderazgo (exaltación del Sol). Sus analogías también vienen de allí: el rojo (color caliente), los cuchillos (Marte), los terrenos baldíos y páramos (Marte) etc. Si Tauro representa los huertos, es porque es un signo de Tierra (terrenos), domicilio del Venus (flores) y fijo (algo que no se puede mover, un árbol). Si Virgo en cambio representa las tierras de cultivo de cereales y semejantes, es porque es un signo de Tierra y mutable. A diferencia de los árboles frutales de Tauro, el trigo es algo más variable, pues cambia cada año.
–Las casas son la división del DÍA TERRESTRE en 12. Se miden sobre el Ecuador Celeste y de allí se reportan a la eclíptica. Por eso las casas aparentan tener tamaños distintos, pero eso sólo es en la eclíptica, ya que en realidad son todas de dos horas astrológicas y miden todas 30 grados ecuatoriales.
Las casas, al ser una división TEMPORAL, se atribuyen a los planetas siguiendo un orden totalmente distinto del anterior: un ORDEN TEMPORAL. Es decir, no se reparten los planetas por las casas según su distancia del Sol, sino según su velocidad. De más lento a más rápido, el llamado “orden caldeo” (Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio, Luna) Y el punto de partida no es el Sol, sino el ascendente.
Esto, sumado al gozo de los planetas (Sol en IX, Luna en III, Venus en V, Júpiter en XI, Marte en VI, Saturno en XII y Mercurio en I), el recorrido solar (salida, cilminación, ocaso y final/punto de arranque del recorido) y el aspecto de la cúspide de cada casa al ASCENDENTE (no al Sol, como antes), hace una suma que es la que caracteriza cada casa.
Por ejemplo, si la casa VII es la casa de las relaciones de pareja, es porque es una casa emocional (es casa de la Luna), opuesta al ascendente (la oposición es un aspecto saturnino e implica bloqueo y obligación) y es la casa donde se pone el Sol (nuestro ego, al que renunciamos al aceptar una relación con otro).
Como se puede ver, signos y casas tienen la mayoría de las veces “regentes” distintos. ¿Por qué, pues, ha cuajado esa asimilación? En parte es por la influencia de los significadores naturales que a veces hacen que la cosa funcione por casualidad. Otras veces, nos encontramos con que ambos, signo y casa, tienen un planeta en común y entonces sí hay una cierta similitud. Por eso la asociación signo y casa funciona a veces sí y otras no. Pero cuando funciona nunca es porque sean lo mismo, sino porque en ese caso comparten regente y, por ende, características. Es importante aprender a conocer bien cada uno de esos espacios para saber exactamente qué es lo que tienen en común y qué es diferente entre ellos.
Pero, para entenderlo, vamos a repasar signos y casas:
1-EL PRIMER ESPACIO
ARIES
Aries es un signo cardinal y de Fuego. Corresponde a la cabeza. Es el domicilio de Marte y la exaltación del Sol.
Esta combinación da un físico esbelto, pero nervudo, recio y de músculo firme (Marte). La cara es alargada (cardinal) y la nariz fuerte (Marte). El temperamento es enérgico, alegre y dominante (Marte), egocéntrico y autoritario (Sol), vitalista, arrebatado e impulsivo (Marte).
CASA I
La casa I es un espacio cardinal. Describe el cuerpo físico y es significadora de la vida del nativo. Es la casa de Saturno (estructura) y Mercurio (razón), lo cual define al hombre como un ser estructurado, mortal (Saturno) y racional (Mercurio).
Si la casa I fuera como Aries, seríamos todos de cara alargada, carácter enérgico etc. etc. etc. Entonces Marte en I (incluso en Tauro o en Cáncer) estaría allí “en su casa” (es decir, domiciliado), por lo que nos daría a todos un excelente uso de la energía vital de Marte. El problema es que cualquier astrólogo os dirá que un Marte en I en Tauro no es una buena posición y que, de hecho, Marte en I suele dar algún percance físico o dramático en los primeros años de la vida.
Y si Aries fuera como la casa I, el planeta situado en tal casa caracterizaría nuestro físico. Es decir: quien tuviera a Venus en Aries sería de talla mediana, muy delgado y con encanto. El que tuviera allí a Júpiter sería algo entrado en carnes. Con Saturno tendríamos a nativos de tono cetrino, postura cifótica, meditativos y racionales etc.
2-EL SEGUNDO ESPACIO
TAURO
Tauro es un signo fijo y de Tierra. Corresponde al cuello. Es el domicilio de Venus y la exaltación de la Luna.
Esto da un físico contundente (Tierra), algo ancho (Tierra), de hermosas formas (Venus). Confiere un temperamento asentado (Tierra), posesivo (Tierra), obstinado (fijo) y con gusto por la buena vida (Luna).
CASA II
La casa II es un espacio sucedente. Es la casa de Júpiter por orden caldeo. No aspecta al ascendente (por lo que, en teoría, no es benéfica) y no hay allí ningún planeta en su gozo.
Júpiter es el significador natural del dinero y de las finanzas. Es el planeta de la prosperidad. Por eso esa casa no es maléfica e indica la cantidad de prosperidad de la que disponemos. Obviamente, dentro del concepto de prosperidad entra también el tener una buena alimentación. Por eso se relaciona a la II con la comida. Digamos que la II es todo lo que es material y que está a nuestra disposición para darnos bienestar (Júpiter) y mantener nuestra vida en sus niveles óptimos (Júpiter).
¿Es lo mismo Tauro que la II? No, porque la gente que tiene a Júpiter en la II suele tener buenos ingresos (salvo que el regente de la casa esté mal o que se halle allí el nodo sur), mientras que aquellos que tienen a Júpiter en Tauro no pueden decir lo mismo.
Pero Tauro es el signo de Venus y Venus también es uno de los planetas que contribuyen a la vida (por su humedad). Por eso un planeta en Tauro suele estar mejor que en otros signos, ya que su dispositor es un planeta benéfico.
Si miramos las analogías de los lugares, veremos que Tauro corresponde a los huertos donde hay árboles frutales. Eso es, como hemos dicho antes, porque es un signo de Tierra, fijo (los árboles no se mueven) y domicilio de Venus (los árboles florecen). En cambio, no es los bancos, ni la bolsa, porque Tauro no es el dinero.
3-EL TERCER ESPACIO
GÉMINIS
Géminis es un signo mutable y de Aire. Corresponde a los brazos. Es el domicilio de Mercurio.
Esto da un físico alargado (Mercurio), esbelto y juvenil (Mercurio) y vivaz (Mercurio). Confiere un carácter dicharachero (Mercurio), inquisitivo y racional (Mercurio), y muy variable (mutable).
CASA III
La casa III es una casa cadente. Es la casa de Marte por orden caldeo y del gozo de la Luna. Se halla en sextil al ascendente.
Puesto que el sextil es el aspecto analógico a Venus, es una casa que nos habla de afectos (sextil = Venus) y de relaciones familiares (Luna), pero son relaciones de competitividad y con mucha lucha (Marte). De allí que sea la casa de los hermanos: los hermanos se quieren (sextil) y son de la misma sangre (Luna = familia), pero se pegan muchas tortas entre ellos (Marte) y siempre compiten, ya sea por el afecto o por el dinero de la familia.
También es una casa de viajes cortos, porque es el gozo de la Luna, el más variable de los planetas, el que más corre y esto está unido a la inquietud de Marte, que hace que uno no se esté quieto.
Es la casa de los primeros estudios, porque es una casa de crianza (Luna). Y es la casa de la inteligencia emocional (Luna).
No obstante, el planeta análogo a esto es Mercurio. De hecho, es significador natural de esa casa y por eso, si está relacionado con ella, asume gran parte de sus significados y se convierte en una especie de segundo regente.
Por eso la simplificación “este planeta está en Géminis así que es como si estuviera en la III” funciona parcialmente, porque el planeta en Géminis tiene a Mercurio como dispositor. Esto le hará siempre más racional y más intelectual, o con más diversidad. Saturno en Géminis, por ejemplo, nos da la capacidad de usar la racionalidad intrínseca de Saturno (es el planeta más racional) con más habilidad (Mercurio) y en terrenos menos saturninos y más mercuriales, como la lectura o la expresión. Si la que está en Géminis es Venus sí nos puede dar tendencia a aventuras amorosas, porque Mercurio multiplica, así que a una Venus en Géminis le gusta jugar en varias canchas (es un signo doble). Pero ese significado amoroso no viene de Mercurio, sino que lo trae Venus. Mercurio sólo lo multiplica.
Obsérvese que si la III sólo fuese igual a Géminis y sólo dependiese de Mercurio, no tendría ese carácter competitivo que debe a Marte.
4-EL CUARTO ESPACIO
CÁNCER
Cáncer es un signo cardinal y de Agua. Corresponde al pecho. Es el domicilio de la Luna y la exaltación de Júpiter.
Esto confiere un físico “claro” (de tez y de color del cabello), algo linfático y de cara redonda. El carácter es afectuoso y familiar (Luna), variable (Luna), amante de la comodidad (Júpiter).
LA CUARTA CASA
La cuarta casa es una casa cardinal. Es el punto de partida del recorrido solar, donde está más bajo el Sol y a partir de donde empieza a subir (de allí que se la llame “fondo del cielo”). Por eso es la casa de los orígenes (los padres y el origen familiar).
Es casa del Sol por orden caldeo, y por esa razón se atribuye sobre todo al padre en los textos antiguos. Está en cuadratura al ascendente (aspecto de Marte) y eso la convierte en una casa de dificultad: el padre nos riñe y castiga. Y nos puede pegar (Marte). Se dice que la familia es el sitio donde más violencia suelen recibir los seres humanos.
No obstante, los significadores naturales de la IV son varios:
- Saturno para los bienes inmuebles.
- La Luna para la madre.
- El Sol para el padre.
Por esa razón, un Marte en Cáncer, por ejemplo, que es el domicilio de la Luna, puede dar una pérdida temprana de la madre o alguna circunstancia dramática en la familia. Esto induce a la gente a creer que Cáncer es la casa IV, pero no es así: es la madre, no la casa IV. Porque sólo puede ser la madre (domicilio de la Luna), jamás el padre. Y la casa IV es ambos progenitores, ya que nos dice de dónde salimos (origen del recorrido solar).
Todo esto ha contribuido mucho a confundir a los astrólogos en estos últimos dos siglos sobre todo. Leían en los textos antiguos que la casa IV era la casa del padre (porque es la casa del Sol), pero veían que un planeta en Cáncer dañaba a la madre. Y como creían que casa IV y Cáncer eran lo mismo, al final muchos astrólogos acabaron situando a la madre en la IV y al padre en la X. Esto no es así: ambos están en la IV, pero en Cáncer encontramos a la madre y en Leo al padre.
5-EL QUINTO ESPACIO
LEO
Leo es un signo fijo y de fuego. Corresponde al tórax y al corazón. Es el domicilio del Sol.
Todo esto confiere un físico noble (Sol), de rostro ligeramente ancho (fijo), pero con la mandíbula bien dibujada (Sol) y de cutis algo tostado (Sol). El carácter es cálido, orgulloso, egocéntrico (Sol), sólido (fijo) y noble (Sol).
LA CASA V
La casa V es una casa sucedente. Está en trígono al ascendente y es doblemente la casa de Venus: por orden caldeo y por gozo. De allí que sea una casa de crecimiento (el trígono es un aspecto jupiterino, que nos hace crecer o nos da prosperidad). Pero ese crecimiento (trígono) se hace mediante un acto de placer y amor (Venus).
También es la casa de la creación artística (Venus) y de las fiestas o regalos (Venus). Y, sorpréndanse, es la casa de la sexualidad. Los órganos sexuales están en la VIII, pero no hay que confundir órgano y función. Andamos con los pies (la XII), pero lo hacemos en la III. Pensamos con la cabeza (I), pero los procesos mentales están en la IX. La sexualidad es placer (Venus), y puede tener consecuencias que nos hagan crecer físicamente (trígono). Por eso la sexualidad y el pasarlo bien en la cama se ven en la V.
Si la casa V fuese análoga a Leo (y, por ende, al Sol), ¿de dónde vendría su analogía con las fiestas y los regalos, o con el amor (algo muy venusino)? Porque es obvio que las fiestas, los regalos y el amor no son analogías del Sol. Pero si admitimos que la casa V es casa de Venus y de allí viene su relación con las fiestas, los regalos y el amor, entonces es imposible decir que es igual a Leo, ya que Venus no tiene ninguna presencia en Leo. Es un callejón sin salida y para resolverlo habría que darle al Sol analogías que manifiestamente no son suyas, o domiciliar a Venus en Leo, cosa aún más absurda.
Por otro lado, si la V fuera una casa solar (como lo es el signo de Leo), ¿acaso no sería más bien una casa de mando y orgullo (Sol)? ¿Y los hijos? Es fácil comprobar que quien tiene un Sol en V no suele tener muchos hijos. El Sol es un planeta seco y da poca reproducción (cosa más propia de la humedad). Baste pensar que los planetas secos son el Sol, Marte, Saturno y Mercurio. Ninguno de ellos es análogo a la fertilidad. En cambio sí lo son la Luna, Venus y Júpiter, que son planetas húmedos.
En resumen: si uno lo piensa bien, la casa V se parece mucho más a Libra que a Leo: Es las relaciones amorosas (igual que Libra), las fiestas y lugares de ocio (igual que Libra). Y eso es porque tanto la V como Libra son espacios de Venus. En cambio, Leo es los puestos de mando, los ayuntamientos y palacios, espacios que no tienen nada que ver con la V.
6-EL SEXTO ESPACIO
VIRGO
Virgo es un signo mutable y de Tierra. Corresponde a los intestinos y el sistema digestivo. Es el domicilio y la exaltación de Mercurio.
Da un físico armonioso, bien proporcionado, esbelto y de mirada inteligente. El carácter es modesto, racional, organizado, laborioso y servicial..
LA CASA VI
La Casa VI es una casa que no aspecta al ascendente, por lo que se considera maléfica. Es casa de Mercurio por orden caldeo y es el gozo de Marte.
En astrología clásica, las casas que no aspectan al ascendente le niegan la luz, y, por ende, la vida. De allí que las casas que no aspectan al ascendente sean casas donde se produce una merma de la vitalidad. Si a esto le sumamos el gozo de Marte (fiebre) en dicha casa, se explica que sean enfermedades leves. Si hay fiebre, la dolencia no suele ser larga (en general).
Por otro lado, mucha gente cree que la VI es la casa del trabajo. Eso no es cierto: la profesión es la X. No obstante, la VI es la casa de las tareas, ya sea en la profesión o en casa, o en cualquier otra actividad. En la VI trabajamos, pero no necesariamente para cobrar. Y esto es porque es casa de Marte (actividad) y Mercurio (manual o intelectual). Es una casa de ajetreo.
En esta casa también están las costumbres higiénicas por su carácter mercurial. Mercurio es un planeta muy pulcro, y muy amante del orden y de la limpieza. Por eso suele ser aprensivo para los temas de salud.
En este tema por lo tanto, vemos que sí hay un punto en común entre la VI y Virgo: Mercurio. Y eso no es porque la VI sea como Virgo, ni porque Virgo sea como la VI. Ahora bien, al ser ambos sectores gobernados por Mercurio, encontramos en ellos la misma preocupación por la higiene y, por ende, la salud. No olvidemos que Virgo es un Mercurio al cuadrado (domicilio y exaltación).
Pero en Virgo no está el factor pirético (Marte), ni hay merma de la vitalidad como en la VI.
7-EL SÉPTIMO ESPACIO
LIBRA
Libra es un signo cardinal y de Aire. Corresponde a los riñones. Es domicilio de Venus y exaltación de Saturno.
Esto da un físico hermoso (Venus), pero más delicado que Tauro (Aire). El carácter es sociable y educado. Tiende a llegar a acuerdos y a buscar el equilibrio.
LA CASA VII
La casa VII está en oposición al ascendente y es la casa de la Luna por orden caldeo. Es la casa donde se pone el Sol (nuestro ego), con lo que eso conlleva de renuncia.
La oposición es un aspecto saturnino. Por eso nos limita y constriñe. Nos corta las alas. La casa VII (opuesta al ascendente) es por lo tanto una casa de compromiso. Pero lo hacemos por afecto (Luna) y para formar una familia (Luna).
Aquí quisiera hacer un inciso que no tiene nada que ver con la astrología. Hoy en día muchas personas no quieren establecer relaciones amorosas estables por miedo a “perder su libertad”. Deberían recordar que la fuerza más importante del universo es el Amor. Entendiendo el “Amor” en el sentido que le daban los platónicos, es decir: la ley universal de la “atracción” que hace que se junten las partículas para formar un átomo o una célula, o que se junten los seres vivos. La ley de la gravedad, por ejemplo, es “Amor”. Y es ese juntarse el que permite que existan las cosas y, por ende, el universo. No hay diferencia a nivel filosófico entre los electrones que giran alrededor de un protón, el sistema solar o la unión de dos seres vivos a través del amor. Todo corresponde a la misma ley de atracción que hace que todo se ve impelido a unirse a otro u otra cosa.
Creo que los hombres han nacido para ser libres y felices, pero libertad y felicidad sólo las puede haber en nuestra mente. No existen en estado puro en el mundo de la materia, que es el de la Necesidad. Resulta por lo tanto absurdo oír a una persona decir que no quiere amar para no perder su libertad (lo cual es renunciar a la fuerza más grande del universo, la que genera ese mismo universo), mientras esa misma persona se comprará móviles de última generación que no necesita o será incapaz de llevar zapatos de punta aguda si se llevan de punta redonda. Estamos atados por tantas cosas (entre ellas, la sociedad de consumo), que es ridículo creer que perdemos una libertad que no tenemos por amar. Porque Amar es lo que nos hace grandes.
La astrología describe muy bien qué es la pareja: es un aspecto de oposición (y, por lo tanto, de limitación), pero allí está la Luna, el segundo luminar, el foco emocional de un ser humano.
Volviendo a la asimilación signo/casa, es evidente que la naturaleza saturnina de ambos (Libra y la casa VII) ha hecho fácil la analogía entre ellos. Por otro lado, todo planeta en Libra está dispuesto por Venus (planeta del Amor), así que existe una relación indirecta.
No obstante, Libra en astrología mundial, por ejemplo, no representa la tasa de matrimonios, sino la diplomacia. El 31 de julio de 2010 hubo una conjunción Marte-Saturno en el grado 0º48 de Libra, iniciando así un ciclo de dos años de dificultades para la diplomacia con situaciones destructivas (Marte-Saturno) para ella. En diciembre, Mercurio hizo una cuadratura al punto donde había tenido lugar esa cuadratura. Entonces fue cuando se produjo la filtración de Wikileaks sobre la diplomacia norteamericana.
8-EL OCTAVO ESPACIO
ESCORPIO
Escorpio es un signo fijo y de Agua. Corresponde a los órganos sexuales y el sistema excretor. Es el domicilio de Marte.
Da un físico contundente (los signos fijos dan rostros más anchos), fuerte y de mirada intensa. El carácter es ejecutivo, eficiente, intenso y posesivo. Pertinaz.
LA CASA VIII
La casa VIII es la de Saturno por orden caldeo. No aspecta al ascendente, por lo que le niega la vida.
Con todo esto, es fácil entender por qué es la casa de la muerte: no aspecta al ascendente (recordemos que en la mentalidad antigua la negación de la luz equivale a la negación de la vida) y lo hace a través de Saturno, significador natural de muerte.
Como se puede ver, Escorpio y la VIII son cosas distintas. No obstante, como Escorpio está regido por Marte y Marte es un planeta significador de muerte, ha habido una asimilación del signo a la casa.
Una persona que tenga varios planetas en Escorpio tendrá un Marte más poderoso (en cuanto que dispone de la energía de otros planetas) y por ello será tal vez una persona de fuerte sexualidad (Marte), pero esos planetas en Escorpio no van a indicarnos su tipo de muerte (VIII). Tampoco son ni Escorpio ni la VIII un signo o casa de placer, como lo es la V.
De hecho, no he encontrado nunca a nadie que haya mejorado su sexualidad con un ascendente de revolución solar en VIII. Al contrario: ha perdido algo.
9-EL NOVENO ESPACIO
SAGITARIO
Sagitario es un signo mutable y de Fuego. Corresponde a la cadera. Es el domicilio de Júpiter.
Da un físico hermoso, de ojos de gato y cadera ancha o culo grande. El carácter es franco y directo, exagerado y convencido de su superioridad moral sobre todos los demás.
LA CASA IX
La casa IX es la de Júpiter por orden caldeo y es la casa del gozo del Sol. Está en trígono al ascendente (aspecto jupiterino) y por eso da crecimiento (Júpiter). Pero es un crecimiento que se hace no a través del placer y el amor o la sexualidad (la V, los hijos como consecuencia del placer sexual), sino a través de la nobleza (Sol), los estudios superiores o la religión (Júpiter). Es una casa “faro” (Sol), que ilumina nuestra vida y nos hace crecer como personas, a nivel mental.
Como se puede ver, Sagitario y la IX tienen en común el dominio de Júpiter sobre ambos. De allí que los significados del signo y de la casa sean tan parecidos. Esta es una de las coincidencias que han fomentado la confusión entre signos y casas.
10-EL DÉCIMO ESPACIO
CAPRICORNIO
Capricornio es un signo cardinal y de Tierra. Es el domicilio de Saturno y la exaltación de Marte.
Da un físico alargado, de cutis cetrino y rostro puntiagudo, a menudo con fea dentición. El carácter es determinado, calculador, frío, meditativo. Es amante del poder y de las jerarquías sociales.
LA CASA X
La casa X es la casa de Marte por orden caldeo. Si seguimos el recorrido solar, es allí donde el Sol está más elevado. Está en cuadratura al ascendente (aspecto marciano).
Por ser análoga al punto de mayor elevación del Sol, es donde nosotros también nos elevamos. Por eso es la casa de las acciones en general (según Morín). Nosotros lo interpretamos como la de la profesión, porque en la época actual uno se eleva a través de su profesión. Pero la X va más allá y nos habla de nuestra proyección pública. Todo esto es muy solar. Ahora bien, se hace con lucha y esfuerzo (Marte).
Como se puede ver, Capricornio y Saturno tienen a Marte en común, pero la casa X es solar y Capricornio no lo es. ¿Por qué significaría la X la proyección social o nuestra imagen si fuera análoga a Capricornio?
Capricornio es signo de Saturno, no nos habla en absoluto de proyección social o de imagen. Respeta las jerarquías por ser de Tierra y por Saturno, pero no es un triunfador ni un signo que tenga brillo. El brillo es un concepto solar, y por eso lo encontramos en la X o en Leo y Aries (signos de liderazgo).
Lo que quiero decir con ello es que si la analogía signo/casa fuera de verdad, hay atribuciones de la X que no se encontrarían de ningún modo, como éstas del brillo o de la imagen social.
Por otro lado, si tomamos cualquier libro de astrología antigua y buscamos los sitios analógicos de cada signo, ¿qué encontramos para Capricornio? Las minas, los cementerios y la cumbre de las montañas. ¿Cuáles son los sitios analógicos de Leo? Los puestos de mando, ayuntamientos, palacios etc. Pregunto: ¿Cómo puede ser Capricornio analógico a la casa X si representa los cementerios? No tiene sentido.
11-EL UNDÉCIMO ESPACIO
ACUARIO
Acuario es un signo fijo y de Aire. Designa las pantorrillas. Es domicilio de Saturno.
Da un físico de complexión media y rostro oblongo. El carácter es frío, pero sociable. Le gusta relacionarse, aunque no empatizar. Tiene inquietudes sociales y un gusto innato por todo lo nuevo. Cultiva la singularidad.
LA CASA XI
La casa XI es casa del Sol por orden caldeo y es el gozo de Júpiter. Está en sextil al ascendente (aspecto venusino) y por eso nos habla de afectos. Ahora bien, mientras la otra casa en sextil al ascendente (la III) correspondía a afectos (sextil) por motivos familiares (Luna), pero con competitividad (Marte) –es decir, los hermanos-, ésta nos describe afectos nobles (Sol) y basados en los pensamientos más elevados (Júpiter).
Tanto Acuario como la casa XI son espacios sociables. El uno por ser de Aire y el otro por estar en sextil al ascendente (aspecto venusino). Es cierto que Acuario es un signo al que le importa mucho la amistad, pero sobre todo porque es el tipo de relación humana (Aire) que menos afectividad requiere y que menos trabas le impone. La familia, la pareja, los hijos, todo eso son ataduras que no le gustan al Acuario. En cambio con los amigos no hay posesividad, ni celos, ni obligaciones. Puedes estar un año sin verlos y no pasa nada (cosa que jamás podrías hacer con un marido o una esposa). Les dices: “Me voy un año a dar la vuelta al mundo” y no te rompen un jarrón sobre la cabeza. El Acuario es saturnino y los saturninos no gustan del apego excesivo, ni de los desbordamientos emocionales.
Pero allí se acaban las similitudes con la XI. Porque la XI es también la casa de los protectores y Acuario no es en absoluto un signo protector, más bien al contrario. El Acuario te enseñará a pescar, pero si te niegas a hacerlo, te dejará abandonado a tu suerte. A partir del momento en que él llega a la conclusión de que estás así por voluntad propia, le importa un comino que revientes.
Júpiter (que está en su gozo en la XI) sí es protector, porque es un planeta húmedo y empatiza con la gente. Se preocupa por ellos. No olvidemos que Júpiter es la Ley y la ley existe para proteger a los débiles. Por otro lado, recuérdese también que Júpiter es planeta de prosperidad: en la II por el dinero; en la IX, por la “baraka” que se asocia a esa casa (es la casa de la suerte); en la XI porque otros te ayudan.
La XI también es la casa de las esperanzas, porque es una casa solar y jupiterina. Todas las casas solares (la IV, la IX, la X y la XI) son “casas focos”. La IV (punto de origen del recorrido solar) es la casa de donde salimos y la que nos da el respaldo social que luego desarrollaremos en la X (punto más elevado del recorrido solar). En la IX focalizamos nuestra energía en crecer como personas a nivel mental (Júpiter) y en la XI también focalizamos nuestra energía en proyectos y ambiciones. ¿Pues qué son los proyectos sino ambiciones?
12-EL DUODÉCIMO ESPACIO
PISCIS
Piscis es un signo mutable y de Agua. Designa los pies. Es el domicilio de Júpiter y la exaltación de Venus.
Da un físico algo linfático, de ojos acuosos y rostro con barbilla casi inexistente, con formas poco definidas. El carácter es bondadoso, sensible, compasivo, soñador, algo ñoño a veces y victimista. Tiende a renunciar a su propia personalidad para encarnar los sueños ajenos.
LA CASA XII
Es la casa de Venus por orden caldeo y la del gozo de Saturno. No aspecta al ascendente, por lo que le niega la vida.
Esa negación de la vida se hace a través del gozo de Saturno, por ello encontramos allí las enfermedades que nos bloquean y que, a la larga, nos matan. Recuérdese que la VIII también era casa de Saturno. La XII es algo menos nociva por el efecto lenitivo de Venus y su capacidad para conservar algo de vida, pero nos va a postrar y sus dolencias son de larga duración (Saturno).
Por el significado natural de Saturno es también una casa de pérdidas. De Venus le vienen dos cosas: por un lado, el sueño. El dormir es un acto de la XII (los sueños en cambio son de la IX), porque hay una pérdida de la conciencia activa. Otra faceta de Venus en esa casa tan paralizante es las adicciones. Las adicciones son placeres (Venus) que nos enferman (Saturno) y esclavizan (Saturno como bloqueo).
Es fácil confundir a Piscis con la casa XII, porque, por ejemplo, el Piscis es muy dado a las adicciones por el dominio de Venus (los placeres) sobre un signo tan débil. La combinación de Júpiter y Venus con el Agua (un elemento que se adapta, pero no se impone) le hace muy difícil resistirse a las tentaciones de todo tipo. Hay por eso una tendencia a la autocomplacencia. En eso se parece a la XII, casa de las adicciones.
Por otro lado, Piscis está muy relacionado con la medicina, porque todos los fármacos y drogas son venusinos, así como los venenos. La palabra “farmacia” viene del griego “farmakon” (veneno). Además, el sentido de la compasión de Piscis y su deseo de ayudar a los demás le puede impeler hacia esa rama. Ahora bien, Piscis actúa, en cambio la XII son los sanatorios donde estás recluido. Esto es más pasivo.
Pero Piscis es también el mar y el desierto, la química, la religión y la espiritualidad, el cine y la música. Esas atribuciones no son de la casa XII. Me dirán que la casa XII es la de la renuncia, pero por narices: como te lo quita todo, aprendes a resignarte. No se hace pues como lo hace el Piscis, que da o renuncia voluntariamente.
No obstante, como hay un punto en común entre esa casa y Piscis (Venus), es obvio que siempre se podrán encontrar similitudes.
En conclusión:
Como hemos visto en este largo desarrollo, es fácil que haya puntos de contacto entre algunos signos y la casa de idéntica numeración . A veces es por el significador natural (la III), o por un planeta en común (la IX y Sagitario, la VI y Virgo, La XII y Piscis).
Puesto que los signos y las casas son lo que son por los planetas que los gobiernan (y por algunos factores añadidos), cuando se dé esa concordancia el astrólogo encontrará un parecido muy grande entre esa casa y el signo. Y las partes del cuerpo son las mismas para ambos.
Pero un estudio detallado nos demuestra rápidamente que las casas tienen muchos valores propios que no se podrían explicar si fueran una equivalencia exacta del signo. Hay muchas analogías del uno que no encajan en el otro. Ni Leo es los hijos (es los palacios y puestos de mando), ni la X es los cementerios como Capricornio.
Vale pues la pena preguntarse si no es preferible entender bien las casas (que la mayoría de astrólogos no acaban de entender de verdad) y sacarles todo el jugo, explorando todas las posibilidades que dan el aspecto al ascendente, el recorrido solar y los planetas que la dominan, antes de meterse en berenjenales.
Si optamos por lo segundo acertaremos a veces, pero con ello se nos irá desdibujando el verdadero significado el signo y el de la casa. Algunos astrólogos acabarán creyendo que Leo son los jardines de infancia en vez de los puestos de mando, o te dirán que la X son las minas, porque los minerales son fuente de poder. Más gordas las he leído. Y no digamos ya las dignidades planetarias, que ya se entienden muy mal y que con esto se entenderán aún peor.
Me decía hace poco un astrólogo que consideraba a Marte exaltado en Virgo. Poco después se enteró de que Marte está en su gozo en la VI y llegó a la conclusión de que eso demostraba que su teoría era cierta. ¿Acaso son lo mismo la exaltación que el gozo? La verdad es que no, la diferencia es muy grande. Pero ya nos hemos acostumbrado tanto a funcionar con ideas a bulto, sin matices, sin una comprobación correcta de cada concepto, que la mayoría de nosotros sería completamente incapaz de explicar en qué se diferencian el domicilio, la exaltación, el gozo o el haíz. Y por eso todo es intercambiable, porque nada es algo concreto. Da igual churras que merinas.
El resultado es que cuanta más precisión perdemos, más capacidad de análisis nos dejamos en la cuneta. Por eso abogo por desterrar ya esos errores o esas asimilaciones tan gruesas que sólo nos pueden confundir en vez de aclarar los conceptos. Recordemos una verdad muy sencilla: o bien los astrólogos antiguos eran unos ineptos que multiplicaban conceptos para decir siempre lo mismo, o bien es que existían realmente categorías distintas, cada una con su propio significado.
Yo creo lo segundo, y por eso animo al lector a volver a intentar entender de verdad qué son los signos y qué son las casas. Son cosas distintas y eso sólo nos puede enriquecer.
silvina pahul
Posted at 16:38h, 30 julioexcelente!
Jaime Selfa Molina
Posted at 16:04h, 08 abrilUna maravilla de aclaración. Muchisimas gracias!!
Manel
Posted at 01:52h, 10 julioDesde mi humilde parecer, Pepa sabe y entiende la astrología hasta el punto de realizar un análisis profundo y esclarecedor de los temas que trata..
Sus Posts no tienen desperdicio, tienen mucho nivel y una visión nítida de la astrología.
Da gusto leerlos y releerlos una y otra vez, . ya que son una fuente inagotable de enseñanza y aprendizaje. Este en concreto es una muestra de ello.
Por eso, y porque de agradecidos es ser bien nacido, le doy las gracias y desde aquí imploro todas las bendiciones del Cosmos para ella.
Pablo
Posted at 17:35h, 22 diciembreQue hermoso delirio……que inventiva……que confusión………